Durante marzo de 2025, Rusia y Ucrania establecieron un acuerdo de cese al fuego, con la mediación de Estados Unidos, para asegurar una «navegación segura» en el Mar Negro y detener los ataques a las infraestructuras de energía. Este convenio, el primero desde julio de 2022, se ve como un avance hacia la solución pacífica del conflicto que ha impactado a la región durante años.
El pacto dispone la interrupción de las hostilidades en el Mar Negro y la finalización de ataques contra infraestructuras de energía por un periodo de 30 días, comenzando el 18 de marzo. Asimismo, acordaron no emplear embarcaciones comerciales con intenciones militares en la región. Estados Unidos se ha comprometido a ayudar a Rusia a acceder a sistemas de pago internacionales, seguros de navegación y puertos, posibilitando así la exportación de fertilizantes y otros productos agrícolas en el ámbito global.
No obstante, el acuerdo ha causado debate debido a las exigencias planteadas por Rusia. El gobierno del Kremlin ha supeditado el cese de hostilidades en el Mar Negro al retiro de sanciones por parte de Occidente, incluyendo la reconexión de Rosselkhozbank al sistema SWIFT. Esta solicitud necesita el visto bueno unánime de las naciones de la Unión Europea, lo que complica su ejecución. Adicionalmente, Rusia ha demandado la eliminación de sanciones sobre equipamiento agrícola y la liberación de buques mercantes rusos.
Ucrania ha manifestado inquietud respecto al acuerdo, particularmente por el riesgo de que Rusia aproveche la tregua para fortalecer sus posiciones militares. El ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, ha señalado que cualquier traslado de buques militares rusos fuera del sector oriental del Mar Negro será visto como una violación del pacto de asegurar la navegación segura y como un peligro para la seguridad nacional de Ucrania. Ante tal situación, Ucrania se reserva el derecho de actuar en legítima defensa.
Ucrania ha expresado su preocupación por el acuerdo, especialmente por la posibilidad de que Rusia utilice la tregua para reforzar sus posiciones militares. El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, ha advertido que cualquier movimiento de buques militares rusos fuera de la parte oriental del Mar Negro se considerará una violación del compromiso de garantizar la navegación segura y una amenaza para la seguridad nacional de Ucrania. En tal caso, Ucrania se reserva el derecho de ejercer su legítima defensa.
El mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, ha apoyado la tregua, aunque ha advertido que solicitará más sanciones y armamento a Estados Unidos si Rusia no respeta el acuerdo. Además, ha destacado que Ucrania se abstendrá de atacar las infraestructuras energéticas rusas, siempre y cuando Putin deje de atacar las suyas.
Durante marzo de 2025, Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo de alto el fuego, mediado por Estados Unidos, con el propósito de garantizar la «navegación segura» en el Mar Negro y frenar los ataques a las infraestructuras de energía. Este pacto, el primero desde julio de 2022, se reconoce como un progreso hacia la resolución pacífica del conflicto que ha afectado a la región durante años.
El acuerdo establece el cese de hostilidades en el Mar Negro y la parada de agresiones a infraestructuras energéticas durante 30 días, iniciando el 18 de marzo. También se convino no utilizar barcos comerciales con fines militares en la zona. Estados Unidos se comprometió a facilitar el acceso de Rusia a sistemas de pago internacionales, seguros de navegación y puertos, habilitando la exportación de fertilizantes y otros productos agrícolas en el mercado global.
Sin embargo, el pacto ha provocado discusiones debido a las demandas presentadas por Rusia. El gobierno del Kremlin ha condicionado la suspensión de hostilidades en el Mar Negro al levantamiento de sanciones occidentales, incluyendo la reconexión de Rosselkhozbank al sistema SWIFT. Esta petición requiere la aprobación unánime de los países de la Unión Europea, lo que dificulta su implementación. Además, Rusia ha solicitado el levantamiento de sanciones sobre maquinaria agrícola y la liberación de buques mercantes rusos.
Ucrania ha expresado preocupaciones sobre el acuerdo, especialmente por el riesgo de que Rusia use la tregua para consolidar sus posiciones militares. El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, ha advertido que cualquier movimiento de embarcaciones militares rusas más allá del área oriental del Mar Negro se considerará una violación del acuerdo para garantizar la navegación segura y una amenaza a la seguridad nacional de Ucrania. En ese caso, Ucrania se reserva el derecho de ejercer su legítima defensa.
Además, Ucrania tiene reservas sobre el apoyo de Estados Unidos a las exportaciones rusas y destaca la importancia de asegurar garantías firmes contra potenciales violaciones del alto el fuego. La falta de claridad en el acuerdo sobre la inclusión de los puertos ucranianos de Jersón, Mikolaiv y Odesa en la tregua introduce incertidumbre sobre su estado y el peligro de que Rusia pueda seguir atacándolos.
En marzo de 2025, Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo de alto el fuego, con la mediación de Estados Unidos, con el objetivo de garantizar una «navegación sin peligros» en el Mar Negro y poner fin a los ataques a infraestructuras de energía. Este pacto, el primero desde julio de 2022, se considera un progreso hacia una solución pacífica del conflicto que ha afectado a la región durante años.
El acuerdo establece el cese de las hostilidades en el Mar Negro y la suspensión de ataques a las infraestructuras de energía durante 30 días, a partir del 18 de marzo. También se convino no usar embarcaciones comerciales para fines militares en la zona. Estados Unidos se ha comprometido a ayudar a Rusia a acceder a sistemas de pago internacionales, seguros marítimos y puertos, lo que facilitará la exportación de fertilizantes y otros productos agrícolas en el ámbito global.
A pesar de esto, el acuerdo ha generado controversia debido a las exigencias impuestas por Rusia. El Kremlin ha condicionado la pausa de hostilidades en el Mar Negro al levantamiento de sanciones de Occidente, incluyendo la reconexión de Rosselkhozbank al sistema SWIFT. Esta medida requiere la aprobación unánime de los países miembros de la Unión Europea, lo que complica su implementación. Además, Rusia ha solicitado la eliminación de sanciones sobre equipos agrícolas y la liberación de buques mercantes rusos.
Ucrania ha expresado preocupaciones sobre el acuerdo, especialmente por la posibilidad de que Rusia use la tregua para reforzar sus posiciones militares. El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, ha afirmado que cualquier movimiento de embarcaciones militares rusas fuera de la parte oriental del Mar Negro se considerará una violación del acuerdo para garantizar la navegación segura y una amenaza a la seguridad nacional de Ucrania. En tal caso, Ucrania se reserva el derecho de ejercer su defensa legítima.