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Impacto del ejercicio físico sobre la salud mental

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El ejercicio físico ha sido estudiado exhaustivamente tanto desde el punto de vista de los beneficios corporales como del impacto sobre la salud mental. En los últimos años, la ciencia ha profundizado en los mecanismos a través de los cuales la actividad física puede transformar positivamente el bienestar psicológico y emocional de las personas.

Fundamentos biológicos de la conexión entre la actividad física y el bienestar mental

Al practicar ejercicio, el cuerpo libera neurotransmisores como endorfinas, dopamina y serotonina, conocidas como las «moléculas de la felicidad». Estos compuestos juegan un papel fundamental en la regulación del estado de ánimo, la ansiedad y el estrés. Investigaciones realizadas en universidades europeas y latinoamericanas han demostrado que incluso rutinas de ejercicio moderado pueden incrementar significativamente la presencia de estas sustancias en el cerebro, propiciando sensaciones de bienestar y relajación.

Además, estudios publicados por el Instituto Nacional de Psiquiatría de México sugieren que el ejercicio regular favorece la neurogénesis en el hipocampo, una región clave asociada al aprendizaje y la memoria. Esto resulta especialmente valioso en adultos mayores, ya que ralentiza el deterioro cognitivo y promueve la independencia funcional.

Efecto sobre la depresión y los desórdenes de ansiedad

Varios estudios, incluyendo un meta-análisis realizado por la Universidad Complutense de Madrid, indican que los individuos con diagnóstico de depresión que incorporan actividad aeróbica en su tratamiento muestran una notable disminución de sus síntomas. Se ha encontrado que el ejercicio puede ser igual de eficaz que ciertas terapias psicológicas o tratamientos con medicamentos, sobre todo en casos de depresión leve a moderada. Mantener una práctica regular ayuda a aumentar la autoestima y promueve una sensación de éxito y dominio personal.

Con relación a los desórdenes de ansiedad, realizar caminatas, correr o hacer yoga ha mostrado reducir de manera significativa los niveles de ansiedad anticipatoria y la preocupación excesiva. El ejercicio físico funciona como un distractor de pensamientos intrusivos y favorece una visión más positiva del ambiente y de uno mismo.

Mejoras en la calidad del sueño y manejo del estrés

La calidad del sueño es otro factor sustancialmente beneficiado por el ejercicio regular. El ejercicio ayuda a regular los ciclos circadianos, facilitando que las personas concilien el sueño más fácilmente y disfruten de un descanso reparador. Un estudio realizado por la Universidad de Buenos Aires determinó que quienes se ejercitan al menos tres veces por semana reducen la incidencia de insomnio en un 30% respecto a quienes llevan una vida sedentaria.

El control del estrés está relacionado con la capacidad del cuerpo para manejar el cortisol, la hormona del estrés. El ejercicio actúa reduciendo los niveles de cortisol en sangre, lo que se traduce en una mayor claridad mental, mejor toma de decisiones y una percepción más calmada ante situaciones desafiantes.

Modelos y situaciones auténticas

Alicia, una mujer española de veintiocho años, sufría de ansiedad social intensa desde su adolescencia. Después de incorporar el ciclismo en su rutina diaria, experimentó una notable reducción en la intensidad de sus síntomas y un incremento en su seguridad en situaciones grupales. Su vivencia coincide con lo señalado en diversos estudios científicos: la constancia en la actividad física ofrece beneficios inmediatos y duraderos a largo plazo.

En la Ciudad de México, se lanzó un programa piloto en áreas vulnerables que incluyó sesiones grupales de baile y actividades deportivas como medida preventiva para jóvenes en riesgo de sufrir problemas emocionales. Los resultados indicaron una mejora en la autoestima, la integración social y la resistencia emocional, demostrando el efecto positivo del ejercicio tanto a nivel personal como colectivo.

Aspectos socioculturales

El acceso y la percepción del ejercicio físico pueden diferir según el contexto cultural y socioeconómico. En España y en gran parte de América Latina, se observa una tendencia creciente a la integración de actividades físicas en espacios públicos, fomentando la inclusión y el sentido de comunidad. Sin embargo, aún persisten barreras relacionadas con la falta de tiempo, recursos o información, enfatizando la necesidad de campañas educativas que promuevan los beneficios mentales de la actividad física junto a los corporales.

El valor del ejercicio físico y el bienestar mental

El ejercicio físico emerge no solo como una herramienta para fortalecer el cuerpo, sino como un puente vital hacia el equilibrio emocional y psicológico. Integrar el movimiento en la vida cotidiana amplía horizontes de bienestar, resiliencia y autoconocimiento, democratizando el acceso a una mejor salud mental para personas de todas las edades y contextos. Reconocer la interrelación entre cuerpo y mente invita a mirar el ejercicio no solo como un hábito, sino como una estrategia profunda para cultivar una vida más plena.

Por Otilia Adame Luevano

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