Valencia está lista para abrir en septiembre el lugar más avanzado dedicado al basket y a la música construido en la nación. Este sitio, llamado el Roig Arena, aspira a ser un ícono debido a su diseño vanguardista y a su potencial para acoger eventos de alta categoría.
El camino hacia el Roig Arena desde el centro de Valencia o desde la estación Joaquín Sorolla brinda una experiencia urbana fascinante. La ruta pasa por barrios antiguos como Russafa, que se ha transformado de ser un suburbio a una zona elegante y atractiva. A medida que se avanza, la ciudad parece desaparecer entre áreas residenciales más antiguas y contemporáneas, hasta alcanzar una zona caracterizada por torres de viviendas sociales y espacios suburbanos. En este entorno se alza el majestuoso Roig Arena, una construcción de 47.000 metros cuadrados con una fachada de escamas cerámicas que fusiona utilidad y belleza.
Con un aporte financiero de 280 millones de euros, esta iniciativa ha recibido financiación de una entidad privada, aunque el terreno es propiedad del municipio. La administración del lugar será responsabilidad de una compañía privada, mientras que la titularidad volverá al Ayuntamiento en 2075. La edificación inició en 2020, en el contexto de la pandemia, y logró progresar a pesar de los retos logísticos y económicos de la época.
El Roig Arena dará la bienvenida al público el 12 de septiembre con un espectáculo del famoso cantante de Colombia, Camilo. También se convertirá en la sede de los equipos de baloncesto masculino y femenino del Valencia Basket. Su estructura incluye mejoras que optimizan la experiencia de los deportistas y asistentes. Puede albergar a 15.600 personas para encuentros de baloncesto y 18.800 para eventos musicales, superando en capacidad a otros grandes espacios como el Palau Sant Jordi de Barcelona o el Movistar Arena de Madrid.
El área central, denominada «bowl», resalta por sus estructuras de soporte de 150 metros de longitud y sus 45 filas de asientos meticulosamente creadas para optimizar la vista y la comodidad. Los encargados del proyecto han dado gran importancia a la logística, incorporando muelles de carga bajo tierra que permiten armar y desarmar eventos en un tiempo récord de dos horas y media. Asimismo, en el subsuelo se situarán camerinos, vestuarios, áreas para la prensa y un segundo escenario para eventos extra.
El diseño arquitectónico del Roig Arena busca integrarse con la ciudad y evitar ser una molestia para sus vecinos. La fachada, revestida de cerámica, rinde homenaje a la tradición local, mientras que las terrazas abiertas y los espacios verdes fomentan la conexión con el entorno urbano. Los restaurantes dentro del recinto ofrecerán productos locales, desde hamburguesas hasta paellas cocinadas a leña, en un esfuerzo por reflejar la identidad valenciana.
La edificación de esta área aborda una demanda histórica de Valencia, que previamente no contaba con un auditorio cubierto apropiado para eventos de gran magnitud. Conciertos y representaciones de gran escala tenían lugar en espacios temporales como terrenos vacíos o la Plaza de Toros, lo cual restringía la llegada de producciones de alta calidad.
El Roig Arena representa una apuesta ambiciosa para atraer público de toda España y potenciar el turismo cultural en la ciudad. Con billetes de tren asequibles y una ubicación estratégica, el recinto busca convertirse en una alternativa para quienes suelen acudir a Madrid o Barcelona para asistir a grandes conciertos.
Aparte de su influencia en el área cultural, este plan igualmente presenta repercusiones en el sector deportivo. El Valencia Basket, que ya posee un considerable número de seguidores, tendrá la oportunidad de utilizar esta infraestructura para fortalecer su presencia en torneos internacionales como la Euroliga.
El tiempo dirá si esta monumental obra logra mantener la demanda inicial y justificar la inversión, pero por ahora, Valencia se prepara para recibir un espacio que promete transformar la vida cultural y deportiva de la ciudad.